jueves, 14 de enero de 2010

VENCIÓ AL CÁNCER

VENCIÓ AL CÁNCER  
 
En la foto Dr. Dennis Guillem, Presidente de Solca; Mariela Chavez
y la Dra. Ruth Armijos, médico quien trató a Mariela.





Tiene 32 años de edad y aunque no es una adolescente pronto cumplirá sus quince. Sí, quince años de ser una sobreviviente más del cáncer. Es Mariela Chávez, una joven madre que recibió esta terrible noticia, a un mes de haber dado a luz a su primer hijo.

Mariela llevaba una vida normal hasta que un día mientras visitaba a su familia en su natal Pimpiguasí, el escalofrío, dolor de cabeza y malestar en su cuerpo no le permitieron levantarse más. De inmediato la ingresaron al Hospital Regional de Portoviejo en donde le hicieron varios exámenes que no daban ningún resultado. “En dos días perdí tanto peso que mis familiares pensaron que tenía paludismo”, dijo Mariela en el relato de sus recuerdos.

Pero no, no era paludismo, de eso se dio cuenta la Dra. Ruth Armijos, hematóloga de Solca quien desde el primer momento en que vio a Mariela ordenó que le hicieran una biopsia a nivel de la médula para eliminar cualquier posibilidad de leucemia o algo que tuviera relación con esta enfermedad. Los resultados descartaron la leucemia, pero confirmaron un cáncer tercer grado en el sistema linfático que cambió por completo la vida de aquella estudiante de colegio de 18 años en ese entonces, recién casada y apenas disfrutando del nacimiento de su bebé.

“En ese momento en lo primero que pensé fue en mi hijo. Tenía tanto miedo de que se quedara sin mamá tan chiquito. Él fue mi fuerza. Todos los días me decía a mi misma tú no te puedes morir y no te vas a morir, y le doy muchas gracias a Dios y a Solca porque logré sobrevivir”, expresó Mariela, con la sonrisa tranquila pero con la emotividad de haber ganado una gran batalla.

Así como Mariela son muchas las personas que han vencido el cáncer. Según registros del Hospital de Solca en Portoviejo, hasta el momento 36 entre hombres y mujeres han superado esta terrible enfermedad. Esto gracias al esfuerzo que ponen no solo quienes padecen este mal sino por la voluntad y ayuda que ponen quienes los rodean.

Para Mariela esta etapa de su vida fue muy difícil. “Mi esposo y yo estuvimos a punto de alejarnos porque la familia de él desconocía la realidad de esta enfermedad y pensaban que el cáncer era contagioso, pero poco a poco lo pudimos superar”. Sin embargo eso no fue lo único doloroso. En el duro y desgastante tratamiento de quimioterapias, Mariela perdió su hermoso cabello castaño, el que reemplazó por unos pañolones y una peluca negra que le prestaba una profesora del Colegio Portoviejo, donde estudiaba. Al año y medio del proceso de recuperación le realizaron una cirugía para extirparle el bazo y luego de esa operación viajó a Guayaquil para recibir radioterapia.

Allá le pidieron se hiciera exámenes para comprobar que los estudios y tratamientos realizados en el Hospital Solca de Portoviejo habían sido correctos. “Esa es una anécdota muy decepcionante que nunca olvidaré, porque en Guayaquil por desconfianza me mandaron a hacer tantas pruebas y un médico me dijo que a mi no me habían sacado el bazo y que aún lo tenía en mi cuerpo”. En ese momento Mariela llamó al Dr. León quien la operó y le pidió se regresara inmediatamente a Portoviejo. “Aquí comprobamos que el doctor de Guayaquil se confundió de órgano”, concluyó.

Por esta razón la joven mujer recomienda creer en la capacidad y la bondad de la gente que trabaja en Solca Portoviejo, pues ella es una de las sobrevivientes que da fe del esfuerzo y la evolución de este Hospital, el mismo que visita desde que funcionaba en la calle Eloy Alfaro.
Mariela recuerda con cariño y agradecimiento al personal de Solca, y ellos también la aprecian y se alegran de verla realizada como, profesional, mujer y una gran madre de familia no solo de un hijo sino de tres, a pesar de que después de su primer embarazo le dijeron que lo más probable era que no volvería a tener más niños.

Para la Dra. Ruth Armijos de León, la disciplina y el apoyo constante de los familiares y amigos es muy importante en el tratamiento oncológico. La fuerza y las ganas de superar la enfermedad fueron determinantes para que Mariela salga victoriosa del cáncer.

La recompensa después de la adversidad de seguro son las bendiciones. La prueba de ello es Mariela Chávez, una ex paciente de cáncer que decidió dominar su enfermedad y hoy es Psicóloga Clínica de profesión, reside en la Ciudadela Los Geranios de Manta junto a su familia, es Secretaria del Departamento de Higiene del Municipio de esa ciudad y con su experiencia de vida ahora lucha por reunir a todos los sobrevivientes de cáncer para formar un grupo que le de fuerzas y ganas de seguir a los que ahora sufren esta enfermedad.     Por: Vany Montes V.

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